Falta de control de impulsos: dificultad para moderar o reprimir actitudes espontáneas en circunstancias inapropiadas y/o fuera de contexto, las mismas, que pueden generar malestar a otras personas así como poner en peligro la vida de uno mismo y la de otros.
Poca tolerancia a la frustración: la no satisfacción instantánea de cualquier deseo por más trivial que sea, desencadenará cuadros de malestar, enojo o ira, discusiones, etc., por lo menos hasta que satisfaga lo demandado.
Resentimiento ante figuras de autoridad: una persona que presenta este cuadro no acepta de buena gana o sencillamente no acepta, nada que pueda provenir de una persona que ejerza autoridad sobre él o ella, y al contrario ejercerá conductas de desafío.
Agresividad verbal y física: presencia de una acción hostil o violenta, que se encuentra dirigida hacia otra persona o personas, e incluso hacia uno mismo, que puede ser física o verbal, directa o indirecta.
Ansiedad: tiende a presentarse de forma muy similar al comportamiento agresivo y al igual que él, tampoco es un signo definitorio de la presencia de una adicción y de la misma forma , es causa y consecuencia del consumo de alcohol y otras sustancias.
Depresión: la relación existente entre la depresión y el alcohol o sustancias psicoactivas , se fundamentan en la creencia de que las emociones dolorosas (tristeza, soledad, abandono, etc.), pasarán de forma más rápida y hasta serán más fáciles de sobrellevar, si se consume dicha sustancia.
Autoestima: otro de los elementos que conforman la adicción, es la baja autoestima, en este caso el sujeto se siente inaceptado e incapaz de poder pertenecer a un grupo de personas.
Factores familiares:
- Familia desintegrada.
- Falta de autoridad moral de los padres.
- Falta de comunicación.
- Dificultad para marcar limites.
- Límites exagerados y rígidos.