Hoy puedo decir que empiezo a despertar, es el comienzo de una nueva vida y digo nueva por que no tiene nada que ver a como solía vivir. Ha pasado un año desde que decidí dejar de apostar, pues mi adicción es el juego, las apuestas y tristemente perder; en algún momento pensé que ya era caso perdido ya que no me importaba nada, me aleje totalmente de mis amistades, de mi familia y de mi misma, el trabajo lo cuidaba por que era mi única fuente de ingresos y claro sin dinero no podía jugar, bueno en casos críticos empeñaba lo que podía y adquiría prestamos con intereses altísimos, el juego se convirtió en mi vida, no necesitaba nada mas que estar sentada frente a una maquina en especial, por que hasta eso tenia que ser la misma, me apasionaba el estar sentada ahí frente a mi maquina, era todo un ritual, aun recuerdo esa sensación tan intensa que me provocaba el empezar a jugar, podían pasar las horas y yo "feliz" , no, en realidad no tanto, al salir del casino sin un peso en la bolsa, toda esa emoción, esa euforia se convertía en tristeza, angustia, desesperación, hasta llegar a pensamientos suicidas. Me di cuenta de mi estrecha relación con el juego, llego a ser mi todo, se apodero de mi voluntad, de mí tiempo, de mis pensamientos, me orillo a dejar todo, no quería hacer nada que no fuera jugar, era mi escape, mi acompañante, bueno jugó tantos roles que pensaba que no necesitaba nada mas y así todo se fue saliendo de control. Mi familia, mi madre y sus intentos fallidos por hacerme ver mis excesos en el juego, mis hermanos con sus consejos y una amiga con todo lo que me decía respecto al juego y las apuestas, pero sobre todo al cambio en mi conducta, mi aspecto físico, mi falta de interés, mi aislamiento, etc. me llevaron a aceptar que tenia un serio problema, tuve muchos intentos por dejar de jugar y apostar, pero todo se quedaba en eso, en intentos, me di cuenta que mi adicción era mas fuerte que yo y que para poder estar bien tenia que pedir ayuda. Busque grupos de autoayuda para ludópatas pero no tuve suerte, encontré un terapeuta que tampoco me funciono, hasta que por otra situación ajena me vi en la necesidad de buscar una clínica en donde trataran la ludopatía y fue así que di con Clínica Brisas.
Decidí internarme por que ya no podía más, ya todo estaba mal, sobre todo mi salud, ya no comía, no dormía y pensaba que ya nada tenia sentido. En Clínica Brisas me ayudaron a entender la raíz de mi enfermedad y me acompañaron durante todo mi proceso. Cuando ingrese fue difícil ya que se me dificultaba hablar con otras personas, el estar mucho tiempo acompañada o bien entre varias personas me causaba mucha ansiedad, mis movimientos eran lentos y cada que tenia una oportunidad me alejaba. Poco a poco con ayuda de los terapeutas y de mis compañeros de proceso me fui integrando y solo entonces comencé mi lucha contra la ludopatía. Hoy después de un año, continúo aprendiendo y en constante lucha por sentirme cada día mejor, intento controlar mis emociones y enfrentarlas sin requerir la fuga, trato de hacerlas consientes para poder responder ante ellas de la forma m´s adecuada evitando dañar a los que me rodean y a mi misma. Me siento muy agradecida con todas las personas que formaron y forman parte de mi rehabilitación, compañeros, terapeutas, personal de staff, a todos muchas gracias, por su entrega, su paciencia, su perseverancia, su acompañamiento, su amor, pero sobre todo por ayudarme a entender que la vida, mientras la tengas siempre va a tener sentido. Gracias a Dios y a todos los que conforman Clínica Brisas, por primera vez en mucho tiempo considero que he ganado mucho, por lo que me sobran palabras para expresarles todo el cariño, el agradecimiento y la emoción que siento de saber que cuento con su apoyo, ahora son parte fundamental en mi vida, son mi familia y mi inspiración para lograr un día mas sin jugar y apostar.
Mil gracias y que Dios los bendiga hoy y siempre.